Cesáreas

Quizá no lo sepas, pero las mujeres que han dado a luz por cesárea tienen una mayor incidencia de dolor lumbar y tienen, al menos, la misma probabilidad de tener incontinencia o prolapso de órganos pélvicos que las que tienen un parto vaginal.
Un parto por cesárea no requiere que el bebé pase por el canal vaginal. Sin embargo, los músculos del suelo pélvico y los tejidos vaginales y vulvares sufren estrés y compresión durante el embarazo. Este estrés es el que puede causar problemas con la función urinaria, intestinal y sexual.

Así que, si has pasado por una cesárea, es igual de importante revisar tu suelo pélvico y toda la capacidad funcional de tu abdomen y el área lumbopélvica.

Pon la cicatriz de tu cesárea en manos de una especialista en fisioterapia de suelo pélvico
Según este estudio publicado en Journal of Women’s & Pelvic Health Physical Therapy se necesita una media de 6 semanas (realizando de una o dos sesiones a la semana de fisioterapia) para que la fisioterapia haga su magia.
Los objetivos principales del tratamiento post cesárea van a ser el alivio del dolor de la cicatriz a través de técnicas de movilización manual y la recuperación funcional de la musculatura abdominal, lumbar y del suelo pélvico a través de un programa de ejercicio terapéutico personalizado.

Incluso si no percibes síntomas específicos durante la recuperación posparto, es recomendable una evaluación con una fisioterapeuta para verificar la fuerza muscular, la alineación postural y la función abdominoperineal. Así te aseguras de que te estás recuperando de manera óptima.

Las cicatrices quirúrgicas abdominales pueden causar dolor debido a su efecto sobre el sistema miofascial del cuerpo.

Las técnicas que utilizamos para tratar una cesárea incluyen terapia manual, movilización del tejido cicatricial, punción seca (siempre que no seas aprensiva a esta técnica), tecnología avanzada como la radiofrecuencia, y ejercicio terapéutico para normalizar la fuerza de la musculatura abdominal, pélvica y lumbar.